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Posted on 16 Julio 2010 by Arsenio Gutiérrez Labayen
A principios de verano de 2009 fui comisionado por la Federación Española de Asociaciones Autocaravanistas (FEAA), para asistir a una reunión convocada el ayuntamiento de Santender con el fin de acordar con las asociaciones de usuarios la supresión de la prohibición general para estacionar autocaravanas en su término municipal.
A fecha de hoy el ayuntamiento de Santander mantiene todas las prohibiciones y utiliza todos los medios a su alcance para sancionar cualquier infracción a esa OM.
Los argumentos de las asociaciones de usuarios sobre la ilegalidad de la citada OM y la resolución del Defensor del Pueblo que insta la Ayuntamiento de retirar la prohibición han caído en saco roto en el seno del ayuntamiento. Por lo menos hasta la fecha.
Hay ocasiones en las que actuar es una obligación como ocurrió ante el ayuntamiento de Santander. Los resultados de una gestión tampoco son la consecuencia directa de haber actuado bien o mal, en última instancia quien tiene la decisión de ceder o no en una postura restrictiva del uso de las autocaravanas es la propia administración.
Prohibición de estacionamiento para las autocaravanas frente al parking del estadio “El Sardinero” en Santander
El ayuntamiento de Santander, por razones que no vienen al caso, entre ellas probablemente, por los abusos cometidos por demasiados usuarios de autocaravanas, como en otros lugares, pasó de una situación permisiva a una de las actuaciones más virulentas contra los autocaravanistas de entre todas las ciudades de España.
Entre el verano y el otoño de 2008 las fotografías de autocaravanas españolas y extranjeras con cepo o retiradas por la grúa dieron la vuelta a Europa en los medios especializados.
A finales de 2007 el ayuntamiento publicó la Ordenanza de Circulación, en la que en el artículo 22.4 prohíbe el estacionamiento de autocaravanas en todo el término municipal y el estacionamiento, en las zonas más céntricas, de vehículos con MMA mayor o igual a 1,8 Tm. exceptuando los turismos.
Estas normas son, sin duda, ilegales pues, en el ámbito de la Ley de Seguridad Vial, impiden estacionar a unos vehículos por razones subjetivas como son su clasificación por criterio de construcción, aspecto que el Organismo Competente, la DGT, juzga en su ITC 08/V-74, de 28 de enero de 2008, que no se ajusta a derecho.
Frente a estas medidas discriminatorias se han emprendido numerosas iniciativas: la denuncia internacional a lo largo de 2008/2009, la denuncia al Defensor del Pueblo que resuelve que el ayuntamiento debe modificar el texto de la Ordenanza y una rocambolesca convocatoria de manifestación que fue desconvocada.
En primavera de 2009 el ayuntamiento de Santander se pone en contacto con Pedro Ansorena, conocido usuario de autocaravana cántabro, para que, según sus manifestaciones les ayude a resolver el problema de las autocaravanas. Petición que traslada a las asociaciones constituidas, entre ellas la FEAA.
Este hecho suscita un divertido debate entre los usuarios del foro ACenlibertad, cerrado por contenidos impropios, en el que alguien califica la actuación de Ansorena como una “dejada magistral” al pasar la patata caliente a las manos de las asociaciones.
Desde el primer momento y al olor de las posibles medallas, en los foros de ACpasion y ACenlibertad, todo el mundo comenzó a asignarse el mérito de unas negociaciones que deberían culminar con la supresión de la prohibición de estacionamiento.
Los convocantes de la manifestación la consideraban como la causa para obligar ayuntamiento a sentarse a negociar mientras acusaban a las asociaciones de comportarse de forma discriminatoria con los independientes.
Ansorena en ACenlibertad se adjudicaba el mérito de que era su trabajo y sus amistades los que lo habían propiciado la voluntad de diálogo de ayuntamiento mientras destacaba su generosidad por ceder a las Asociaciones el honor de la gestión.
En este diálogo sin sentido para adjudicarse los méritos no se tenían en cuenta algunas acciones más obvias como la presión en los medios especializados y en la prensa, las cartas de los usuarios al consistorio y la decisión del Defensor del Pueblo.
Con todo este dislate se adivinaba una gestión larga y difícil. Dificultad incrementada por el hándicap que supone actuar bajo la presión de algunos autocaravanistas que utilizan cualquier medio para vocear sus prejuicios y arremeter contras las actuaciones de todos los demás cuando ellos no son los protagonistas.
Cualquiera que fuese el motivo, la iniciativa partió del propio ayuntamiento. La presencia de la Federación estuvo motivada exclusivamente por éste hecho y por coherencia y responsabilidad.
Las asociaciones de usuarios son las encargadas habitualmente de defender los intereses de la actividad que afecta a sus afiliados, por esta razón fueron convocadas o fueron aceptadas como interlocutores de forma natural por el ayuntamiento.
Se dio el hecho insólito de que el propio Ansorena, según sus manifestaciones, propuso incluir en la mesa de conversación a un representante de los usuarios no asociados. Ante esta propuesta, en el foro de ACpasion, se postuló como representante de los asociados independientes 4errantes, que fue aceptado por un centenar de usuarios del foro.
Esta medida nos sorprendió, pero la asumimos, puesto que nosotros íbamos convocados por el ayuntamiento y no teníamos capacidad para decidir quiénes deberían acudir. Teníamos la reserva que suponía la falta de coordinación entre los asistentes en representación de los usuarios dada la proverbial independencia de criterios que hacía gala públicamente el elegido por parte de los no asociados.
El caso es que la papeleta o el “marrón” de asistir a la reunión, recayó, entre otros, a la Federación que por acuerdo de la JD y ante la imposibilidad de acudir personalmente el Presidente, por la proximidad geográfica, recayó en mi persona.
Como es costumbre ante una reunión, confeccionamos un documento con los puntos que íbamos a tratar y las propuestas concretas que íbamos a formular con las bases legales de las mismas, entre ellas la ITC 08/V-74.
Este documento lo enviamos con antelación al Consistorio para que tuvieran constancia antes de la reunión y lo enviamos también a la PACA para estar sincronizados en las reivindicaciones.
El 6 de mayo nos reunimos con don Eduardo C.Arasti, concejal de protección ciudadana, don Luis A.Hernández, jefe de la policía municipal y don Rosendo Ruiz, de los servicios jurídicos, por una parte y, por otra, dos representantes del club Lábaro, el presidente de la PACA y yo como representante de la FEAA.
Durante hora y media intercambiamos argumentos sobre la prohibición y la eventual modificación del artículo 22.4 de la Ordenanza de circulación. Se barajaron muchos puntos y se pudo constatar la diferencia de criterios en relación al derecho a estacionar de las autocaravanas. La reunión tuvo incluso algunos momentos tensos, sin embargo al final llegamos a unos acuerdos.
Se retiraría la prohibición general de estacionamiento para las autocaravanas de la Ordenanza. Se limitaría el tiempo del uso como alojamiento de una autocaravana estacionada y se crearían espacios acondicionados que actuaran como estacionamiento disuasorio.
Al final había discrepancias en cuanto al tiempo de estancia que el ayuntamiento pretendía limitar a 24 horas con el que los representantes de los usuarios no estábamos de acuerdo.
A la reunión no acudió el auto-propuesto representante de los usuarios independientes que frecuentan el foro de ACpasion porque, al parecer, por un error del ayuntamiento no fue convocado. Se ha querido achacar a las asociaciones el haber vetado la presencia de 4errantes. Eso es falso, las asociaciones no vetaron la presencia de este señor ni de nadie puesto que no tenían ninguna posibilidad de hacerlo, ni tampoco tenían ninguna obligación de convocarle ni de recordar o informar al ayuntamiento que debería haberlo convocado. Ni siquiera tenían alguna posibilidad de conocer si había sido convocado o no.
La única persona capacitada para explicar el porqué este señor no fue convocado es don Rosendo Ruiz, funcionario del ayuntamiento, que era la persona encargada de haberlo hecho. Cualquier otra afirmación que no tenga el respaldo de este señor es un juicio de valor sin base y cualquiera que esté interesado en conocer las causas debe dirigirse al propio ayuntamiento para averiguarlo.
Entre los representantes del ayuntamiento pudimos percibir diferentes posturas: por un lado un deseo de resolver el problema creado por ellos mismos. Por otro, el del jefe de la policía municipal, que no quiere ver ni en pintura a ninguna autocaravana en “sus” calles y finalmente el concejal que no tiene claro que es lo que debe hacer y que está pendiente de la opinión de sus electores aunque desea solucionar el problema entre dos corrientes de opinión opuestas.
Los usuarios asistentes en representación de las asociaciones convocadas, dejamos claro que no respaldaríamos ninguna decisión que no pasara por eliminar la prohibición de estacionar autocaravanas y la referencia explícita a la autorización del uso de las autocaravanas como alojamiento aunque admitimos la posibilidad que este uso podría tener alguna limitación en el tiempo para evitar los abusos.
Con estos compromisos nos despedimos y también acordamos los representantes de las asociaciones delegar los futuros contactos con el ayuntamiento en el club Lábaro, por su proximidad y por su implicación, con el fin de hacer el seguimiento de la gestión que incluía la creación de espacios para autocaravanas y el acuerdo implícito de que habría un trato favorable mientras no se redactara una nueva ordenanza.
Como epílogo, puedo decir que a fecha de hoy el ayuntamiento de Santander no ha modificado la Ordenanza, sigue denunciando y poniendo el cepo a las autocaravanas aunque las noticias que llegan es que mantiene la idea de hacerlo.
La comunicación con Lábaro es fluida y la impresión que da, aunque optimista, también hay un cierto aire de decepción. Me consta que están haciendo un esfuerzo enorme de acercamiento y que prefieren no romper los puentes tendidos en la esperanza de que al final cumplirán sus compromisos.
Si nos atenemos a la situación actual podemos calificar la gestión en Santander como un fracaso. Un fracaso del que en absoluto puede hacerse responsable a los representantes de las asociaciones convocadas. Si se desconvocó o no la manifestación es un hecho que se produjo en el transcurso de las conversaciones cuando había esperanzas de que el ayuntamiento tuviera el propósito de modificar la Ordenanza. Esto es lo que se nos dijo y no había ninguna razón para poner en duda esta posibilidad.
¿Se no nos engañó? Es posible, pero tampoco había ninguna otra opción razonable para actuar y el no actuar no era ninguna opción. Llegará el momento en que las asociaciones agoten la paciencia y digan que el ayuntamiento no ha cumplido sus compromisos, pero esa iniciativa deberá promoverla el club Lábaro que es quien más contactos ha realizado y quien mejor conoce todas las variables. Cualquier otra iniciativa que no se consensúe con los autocaravanistas locales sería irresponsable.